La relación «extraordinaria» de Peña Nieto y Javier Duarte

puntoreunionPoco a poco van saliendo las distintas versiones de ese desayuno del sábado en casa de Carlos Brito a la que asistió el gobernador Javier Duarte de Ochoa acompañado de su comitiva. Algunos de los comensales ya hicieron una crónica casi puntual de lo que ahí sucedió; la mayoría coincide en que el gobernador llegó con la sartén por el mango para demostrar que el poder lo ostenta él. Tal como citara de don Fernando Gutiérrez Barrios el columnista Arturo Reyes Isidoro: «Decía don Fernando Gutiérrez Barrios que el Gobernador de Veracruz cuando menos tiene que mostrar los huevos una vez al mes» (ver nota); y Duarte los mostró. Dicen que estuvo un tanto soberbio, como alguna vez nos lo diera a entender: «El Estado soy yo» (ver nota). Pero cuando le preguntaron sobre su relación con Enrique Peña Nieto, el presidente de la República, Duarte utilizó un adjetivo insólito: «Extraordinaria». ¿A qué se refería el gobernador? Pidamos a la literatura que nos ayude. Charles Baudelaire interpretó los relatos de horror de Edgar Allan Poe, sus Cuentos de lo grotesco y lo arabesco, como narraciones extraordinarias; así tituló el mítico volumen de cuentos de Poe traducidos al francés: Narraciones extraordinarias. Si así es la relación de Javier Duarte y Peña Nieto, estamos hablando de una relación horrorosa.

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