Los diputados lacras del Congreso local

- en Investigación, Opinión

Armando Ortiz / Bueno, ¿y usted qué esperaba? Los diputados no representan a los ciudadanos, representan a sus intereses y a los intereses del poder Ejecutivo. Son unas lacras a las que hemos dado la investidura de decentes haciéndolos representantes del pueblo, pero siguen siendo lacras. Los diputados en Veracruz nos han mostrado de legislatura en legislatura que son prostituibles, que por dinero bailan hasta con la más fea. Se prostituyeron con Miguel Alemán aprobándole en los últimos días de gestión un préstamo con el que se dice que el señor empresario compró su línea aérea; se prostituyeron con Fidel Herrera quien los compró para que aprobaran las varias bursatilizaciones que hoy día tienen al estado de Veracruz en la lona financiera.

Por ello, ¿a quién extraña que un grupo de pseudo legisladores, particularmente 30 diputados del PRI, PVEM, AVE y PANAL hayan aprobado el aumento del impuesto a la nómina del 2 por ciento al 3 por ciento?

Ellos tendrán su bono millonario, tendrán su aguinaldo, tendrán su feliz Navidad. Mientras los empresarios tendrán que ajustar las finanzas de sus empresas para sacar adelante su causa; lamentablemente algunos ya anunciaron que se verán obligados a despedir empleados para asegurar la sobrevivencia de sus negocios; a la calle irán varios padres o madres de familia, trabajadores que no tendrán la misma Navidad que estosrepresentantes del pueblo” que la noche del jueves, después de que aprobaron los impuestos se fueron a su restaurante favorito para pedir sus botellas de 20, 30 0 40 mil pesos, todo con cargo al erario público.

Algunos se sienten sinceros y piensan que su voto para la aprobación de ese impuesto lo dieron porque quieren mucho a Veracruz, porque de otra manera la federación no les entregaría esos 6 mil millones de pesos que servirán para levantar la economía y para construir muchas de las obras que en 5 años no se han hecho. Es el caso del “Bofo” Ramírez Arana, el mismo diputado “luminoso” que estuvo al cuidado de la nueva Ley de Tránsito”. El “Bofo” ni siquiera pudo explicar para qué serían esos 6 mil millones.

Infelices, todavía creen que nos pueden ver la cara de tontos. Esos 6 mil millones irán a parar a los bolsillos de los saqueadores, de esos que pusieron de cabeza a Veracruz.

De nada sirvieron las reuniones con los empresarios, con las Cámaras de la industria o de comercio. Todavía el diputado Francisco Garrido dice que sí se escuchó a los empresarios, pues él se sentó con ellos para gorrearles el desayuno; pero nada más a eso fue, porque si los hubiera escuchado al menos él no hubiera aprobado ese impuesto (ver nota). La congruencia estuvo en los diputados empresarios, en David Velasco y en Ricardo Ahued. Conocedores de los que significa para las empresas el aumento de impuestos en tiempos de crisis, votaron empáticamente en contra de la aprobación de ese impuesto.

Los empresarios no ven la suya. A muchos no les han pagado lo que el gobierno les adeuda, en Finanzas de plano les dan con la puerta den las “narices” o los sacan de palomita para que no anden de cobrones (ver nota).

Por si no sabe quiénes son los diputados lacras aquí lo ponemos con sus nombre: Juan Nicolás Callejas, Octavia Ortega Arteaga, Adolfo Jesús Ramírez Arana, Antonino Baxzi Mata, Carlos Ernesto Hernández Hernández, Ciro Gonzalo Félix Porras, Édgar Díaz Fuentes, Gabriela Arango Gibb, Gladys Merlín Castro, Gustavo Gudiño Corro, Heber Alan Carballo, Ignacio Enrique Valencia Morales, Juan Alfredo Gándara Andrade, Juan Manuel Velázquez Yunes, Leandro Rafael García Bringas, Marcela Aguilera Landeta, María Belén Fernández del Puerto, Mariela Tovar Lorenzo, Minerva Salcedo Baca, Octavio Pérez Garay, Raúl Zarrabal Ferat, Tonatiuh Pola Estrada, Juan Eduardo Robles Castellanos, Eduardo Sánchez Macías, Juan Cruz Elvira, Jesús Vázquez González, Francisco Garrido Sánchez, Juan René Chiunti Hernández, Gerardo Fuentes Flores y Jaqueline García Hernández.

Si los ve en la calle no les vaya a hacer la grosería de mentarles la madre, ellos no tienen. Mejor espere a que otro día acudan a su casa para pedirle el voto si es que tienen el descaro de buscar otro puesto de elección popular; entonces sí llámelos por su nombre verdadero: ¡Lacras!

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