Sergio Alejandro Villa / ¡Ahora resulta que todos quieren ser candidatos independientes! quesque porque eso pide a gritos el pueblo harto de las injusticias, ¡ah! y también estos supuestos iluminados, o independientes, dicen que no tienen compromisos con nadie más que con los ciudadanos que los elijan y que, la cereza en el pastel, meterán a la cárcel a los corruptos en cuanto tomen el poder. ¡Ah shingao! ¿!Y qué más¡?
Me permito contarles, antes de verter mis opiniones escritas, que en gran parte de mi vida joven participé como funcionario, coordinador de campaña y operador electoral en varias elecciones distritales y municipales en favor de candidatos electos por el PRI. Así que hablo (escribo) con los pelos en la mano y cómo me fue en la feria.
Mi experiencia práctica y teórica en estos menesteres me indica que toda elección, al menos hasta el día de hoy, requiere de un gran capital económico y no tanto humano inicialmente (pues una cosa lleva a la otra, invariablemente), con sus raras y contadas excepciones ¿O, a poco en verdad creen que los candidatos del PRI arrasan por su simpatía y carisma no ‘más? No. Los candidatos del PRI regularmente traen su bolsa de billetes –del gobierno y el suyo- y con ello pueden operar con amplio margen de ventaja la elección respectiva. Hay excepciones. Sí. Claro. Pero aunque no lo crea el lector, son riesgos medidos y en su caso, derrotas previamente negociadas en un alto nivel. En la cúpula, dirían los clásicos. O, también suele pasar que el candidato del PRI es tan malo ante los ojos del elector que ni con todo el dinero del mundo ganaría o en verdad el potencial votante es de voluntad totalmente antipriísta en el distrito o municipio.
Recordemos a Reynaldo Escobar y Elizabeth, Anilú y Paco Cessa, todos del PRI por dar varios ejemplos recientes, en donde, sin duda, se combinaron estas dos últimas circunstancias.
No paso por alto que en las derrotas de los candidato del PRI, también están los factores internos: el infaltable “fuego amigo”, la división partidista en campaña, mala repartición de los cargos o posiciones edilicias en el caso de los ayuntamientos y en muchos casos que el candidato se vuelva tan soberbio, en campaña, que ni su propia familia, amigos y partidarios lo soportan. Amén de otros factores no menos importantes… concluyo.
En mi haber, viví personalmente dos elecciones negociadas en las que ganó en PAN y el PRD respectivamente, allá en mi distrito y municipio de Papantla. Pues teniendo dos buenos candidatos del PRI, irónicamente, estos no contaron con el apoyo del Comité estatal o sea, no hubo dinero, suficiente propaganda (gorras, playeras, lapiceros, etc.) y mucho menos lo acostumbrado y preferido por los líderes campesinos y de colonias dotaciones importantes de machetes, palas, carretillas, láminas, despensas, cemento, pintura, lo que no permitió hacer los amarres suficientes y “convencer” a los líderes tricolores y sus gentes, al igual que a los líderes naturales “apartidistas” que esperan casi al final para dar su apoyo incondicional al candidato del PRI.
La lección que me dejaron estas dos campañas en particular, es que independientemente de tener un buen candidato, el PRI no gana sólo con el apoyo de los priistas o el famoso voto duro. No. El PRI, siempre requiere de dos cosas fundamentales: dinero y estructura. Lo demás se acomoda en el trayecto, insisto.
Al igual aprendí, que es necesario saber y tener las condiciones políticas y la visión amplia para poder “oler” si en realidad el PRI quiere, necesita o puede ganar en distrito o municipio o de antemano lo tiene cedido en una negociación a un partido determinado (como cite arriba).
Esto hoy, es práctica común y se da mucho con el PRD y el PAN y viceversa. Pues, también estos dos partidos políticos, en Veracruz, hacen sus propias negociaciones –y negocios- al designar candidatos a modo en los distritos y municipios, previo acuerdo con el gobierno priísta en turno. Sólo recuerde los términos tan de moda: PRD rojo y PAN rojo. Mención aparte merecen los partidos satélite, como PANAL, PVEM y los aliados estatales AVE, PFCRN por citar.
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