Amor bastardo entre el SNTE y el PRI

- en Opinión

El SNTE nació bajo el auspicio de una caterva de delincuentes. Es fruto de una promiscua pasión por conservar el poder. A esta recua, lo que menos les interesa es la educación o el bienestar de los maestros. El SNTE es un hijo bastardo, producto de sus febriles relaciones inmorales entre el PRI y el sistema educativo nacional. Este hijo putativo nunca ha sido justo y democrático. El SNTE nació el 30 de diciembre de 1943, ha sido charro desde sus orígenes. De hecho resulta interesante el origen del término “charro”, este recae en la figura del ex líder del Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana, Jesús Díaz de León, apodado “el charro”. Este hombre socio del sistema priista, hostigó a los miembros disidentes que intentaron formar un sindicato independiente en 1948.

Los líderes charros del SNTE, al saberse hijos de una relación inmoral e ilegítima, siempre han buscado consolar su condición bastarda exigiéndole posiciones y puestos para ellos y su parentela, a su poderoso papá tricolor. El PRIGOBIERNO, como buen macho revolucionario se hizo cargo de sus hijos putativos, ya que le permitirían seguir conservando el poder. Inmediatamente les ofreció, presidencias municipales, puestos en el cabildo, diputaciones, senadurías, y hasta los más osados llegaron a ser gobernadores. Estos a su vez ya con el poder sindical en la mano y con la impunidad que les dio el poder oficial, comenzaron a repartir plazas docentes a sus cocineras, choferes, jardineros y a sus amantes las hicieron directoras, o jefas de enseñanza; es cierto no todas, sólo las cercanas y de buen ver. Por otro lado los maestros de piso, a los que se les descuenta el 1% de su cheque quincenal, tenían que trabajar 10 o 15 años para poder aspirar a un puesto directivo o ya de perdido un cambio de adscripción que les permitiera estar cerca de su familia.

Resulta curioso que en ningún momento de la historia de este gremio sindical, compuesto por más de 1 millón 500 mil maestros, administrativos y personal de apoyo, aparezca una defensa férrea por los intereses de sus representados. Los charros Sentistas son expertos en la simulación, han hecho creer a miles de maestros con actitudes ovejunas, que gracias a ellos se consiguen retroactivos, bonos e incrementos salariales.

Hoy el Secretario General Juan Días de la Torre y sus peones seccionales sólo son invitados de piedra, su voz ya no pesa ni es escuchada por el Secretario de Educación, mucho menos por el maltrecho presidente de la República. Es más, la gran mayoría le teme a una auditoria federal que exija cuentas del dinero que durante años el gobierno centralista les ha otorgado para casas y beneficios docentes.

Haciendo un repaso en la historia del magisterio mexicano; los maestros, en la época de los ochenta, tenían un lugar especial en la sociedad, su figura pesaba en la comunidad, era un referente de valores y su opinión era muy tomada en cuenta. Hoy hasta la actriz Mariana Seoane dice: “No soy maestra por favor, ya es una ofensa decirle maestro a alguien en este país”. Esta buenona actriz olvida que aprendió a medio leer y escribir, gracias a un maestro.

Pero la culpa de que se tenga esta apreciación del magisterio, no es de los maestros, es de los medios de comunicación inclinados ante el poder omnímodo del Estado mexicano. Sin embargo, gran parte de la culpa la tiene el SNTE, ya que, aunque le cueste trabajo reconocer, nunca se ha preocupado por sus agremiados y sigue manteniendo relaciones inmorales con el PRIGOBIERNO.

Los charros del SNTE pueden salir a las cuatro esquinas a vociferar que siguen siendo el sindicato más grande de América Latina. Aunque la realidad les cae como un balde de agua fría; la educación mexicana básica sigue siendo de las peores del continente. Los maestros de México, los que defienden a sus oscuros líderes, los que se han regodeado con las sobras como rémoras, los que critican a los maestros paristas, rebeldes y flojos, no constituyen una fuerza educativa sino una fuerza electoral camaleónica, a veces tricolor, verde o turquesa, pero eso sí, siempre fraudulenta.

Hoy el SNTE comienza a descubrir su realidad y su condición bastarda, comienza a sentir el hielo y el desprecio de su padre, ya no le da prebendas, es más se las ha quitado. Su padre lo desprecia en privado y en público. El SNTE sabe que se han acabado las comidas faraónicas con platillos de animales exóticos, las Hummer, los cruceros, los regalos y joyas, las becas al extranjero para los hijos y sus queridas, se han terminado.

Como una novela mexicana el SNTE comienza a descubrir que no es hijo del patrón, sino de un miembro de la servidumbre. No resulta difícil saber, señores profesores, ni se requieren conocimientos especiales para vaticinar el futuro de esta horda de delincuentes. Algunos escaparan de la larga mano de la justicia, pero otros ya tienen reservada su habitación en los penales más cercanos a su localidad. Hoy la moneda está en el aire, la única alternativa que le queda al magisterio mexicano es exigir la devolución de sus cuotas sindicales y afiliarse a un sindicato que en verdad los defienda de las rapaces reformas federales. Pero como decía la Nana Goya; “Esa es otra Historia”.

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