Caddy Adzuba, la voz de las mujeres africanas

Redacción. Caddy Adzuba tiene dos serias desventajas en la República Democrática del Congo, un país de notables desigualdades: es mujer y es periodista. Por su experiencia acerca de las condiciones que viven de las mujeres en África ha logrado que el mundo conozca el calvario de este sector vulnerable en el continente, labor que le permitió alcanzar el Premio Príncipe de Asturias 2014 en la categoría de Concordia por su férreo activismo. De igual forma, su trabajo como comunicóloga, con una producción mayor en el medio radiofónico, fue galardonado por el Premio Internacional de Periodismo Julio Anguita Parrado en 2009.

Ella es la voz de las mujeres africanas, cronista de las tragedias más sanguinarias en contra de sus derechos fundamentales:

«Pasaron los días, la soltaron del árbol y la dieron de comer carne. Ella quería ver a sus hijos y no la dejaban hasta que un día le dijeron que la carne que le habían dado para alimentarse eran sus hijos. Ella no asimilaba aquello y le trajeron un saco con las cabezas de los tres niños».

Lo anterior es parte de una de las historias más espeluznantes que nos cuenta Adzuba, es el caso de Janet, mujer de 32 años con cuatro hijos que fue llevada a la selva, después de que unos rebeldes atacaran la aldea donde vivía con sus hijos y su marido. Janet fuer atada a un árbol, torturada con quemadas de cigarrillos y violada. Para la periodista congoleña,

«El cuerpo de la mujer es un campo de batalla»

una batalla donde es muy difícil que gane el bando femenino, porque después de mancilladas, son expulsadas de sus comunidades, incluso hasta por sus propios maridos.

Caddy Adzuba en busca de una culpable, pone la mira en un enemigo muy conocido:

«¿Quién es el salvaje, el que comete los crímenes o quienes les dan las armas? Nosotros morimos para que ustedes puedan tener sus smartphones… Las mujeres mueren a cada segundo y son violadas por culpa del progreso tecnológico»

sentencia cuyos ecos le han dado la vuelta al mundo en espera de lograr una concientización de los problemas que sufre la República Democrática del Congo y toda África en general.

«No es una guerra africana, son los europeos y americanos los que están matando a los africanos»

porque la guerra en este continente es un negocio muy lucrativo. El interés de las multinacionales por explotar los recursos de los pueblos africanos es grande, sobre todo del coltán, mineral de la discordia bélica empleado en el uso de la alta tecnología. A las multinacionales les conviene llevar a la guerra y por eso financian las armas.

«No es una guerra africana, son los europeos y americanos los que están matando a los africanos»

en pocas palabras, es un genocidio.

Artículo de referencia: “Nosotras morimos para que ustedes puedan tener sus smartphones”

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