El talentoso señor Flavino

Guerra
Flavino Ríos Alvarado FOTO: WEB
- en Opinión

Cosa curiosa, estuvimos en la oficina del entonces secretario de Educación de Veracruz, Flavino Ríos Alvarado, apenas el viernes pasado por la tarde. Se trataba de arreglar un asunto administrativo, pero amable el secretario nos concedió más de una hora para platicar.

«Ya me habían dicho Vicky Durán y Claudia Guerrero de la cordialidad de su trato —le dije a Flavino— pero como soy muy incrédulo quise venir a comprobarlo».

Flavino se sentía cómodo, nos dijo que de eso se trata la administración pública, de recibir gente y contestar uno mismo el teléfono. En ese momento se encontraba agradecido de estar en el puesto que el gobernador le había asignado. Lo querían hacer candidato a diputado por su distrito en el sur, pero el clima benévolo de Xalapa le sentaba bien. Hasta ese momento su proyecto estaba en la educación. Hace 25 años ya había estado ahí, conocía a los maestros y sabía escucharlos. Recordamos que cuando estuvo en el Congreso del Estado le tocó lidiar con las manifestaciones magisteriales y él fue el único que estuvo dispuesto a dialogar con ellos. Hablaba de los proyectos en la educación. No parecía que tuviera en mente dejar el cargo. En algún momento de la plática hasta nos olvidamos de a lo que íbamos.

«Secretario, leí la columna de Manuel Rosete en la que relata que estuvimos a nada de que el destino de Veracruz fuera otro», le comenté. Por supuesto me refería al artículo “Flavino, gobernador” publicado el 9 de julio de 2015. Flavino, como secretario de Gobierno en el sexenio de Miguel Alemán se perfilaba para ser el próximo gobernador. Según Manuel Rosete la orden de Migue Alemán era «que se le diera todo el apoyo a Flavino para que iniciara una intensa precampaña en todo el estado, de manera que se posicionara cuanto antes como el candidato del PRI para sucederlo en el cargo». Pero sucedió la desgracia. En un accidente de carretera murió su hijo en la autopista La Tinaja, cerca de Minatitlán.

«¿Se supera ese dolor?», le preguntamos al secretario. «No, nunca se supera». «Secretario —me atrevía decirle— a veces uno quisiera volver el tiempo, digo, como esas películas en las que algunos vuelven al pasado y evitan que Hitler llegue al poder para evitar el holocausto. Saber que estuvimos así de cerca para evitar que un sujeto como Fidel llegara a ser gobernador, no sé, pero da qué pensar. No me cabe duda de que Veracruz hubiera sido otro». «Y yo hubiera sido otro», contestó categórico.

El secretario sonrió tranquilo y nos dijo: «Si yo hubiera sido candidato, seguro hubiera perdido mi matrimonio, en ese momento mi esposa me necesitaba más que nunca y creo haber tomado la mejor decisión». Poco a poco el dolor cede. Nos muestra las fotos de sus nietos, quienes le cayeron con todo para pasar las vacaciones con él. Ellos no sólo llegaron de vacaciones, llegaron a su vida para aliviar un poco su dolor. Flavino sonríe cuando nos habla de ellos.

«Siendo que en el futuro se podrían crear discordias por la candidatura a la gubernatura en 2016, ¿le parece que usted pudiera ser un candidato que destense la situación, en el que todos estén de acuerdo?» Flavino echó el cuerpo para atrás y dijo que no estaba interesado en la gubernatura. «Aquí estoy bien, me siento bien, no ando buscando ser gobernador».

El día de ayer Flavino Ríos Alvarado fue nombrado secretario de Gobierno en sustitución de Gerardo Buganza, que se va a buscar una candidatura independiente. Flavino ya estuvo en esa Secretaría, la conoce bien. El puesto lo coloca en medio de los reflectores, sin querer la circunstancia lo anota en la carrera por el 2016.

El mismo día que Flavino Ríos tomara posesión en la Secretaría de Gobierno, un grupo de vecinos de Ohuapan, municipio de Tlaltetela, Veracruz tomaron con violencia la calle Enríquez frente a Palacio de Gobierno. «Gobernador le doy 10 minutos o cerramos la calle», gritaban. «¿Gobernador quiere que me encuere?» Amenazaba uno de los manifestantes. Finalmente la calle fue bloqueada. Después del bloqueo a los 20 minutos la rúa estaba abierta nuevamente.

El talentoso señor Flavino había llegado a la Secretaría de Gobierno.

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